Cuidados básicos del Adulto Mayor
Cuidar de un adulto mayor requiere de habilidad, tiempo, conocimiento y especialmente, comprensión hacia esa etapa de la vida.
Un buen cuidador debe comenzar por entender el concepto de vejez y comprender que esta es una etapa de la vida donde los cambios a nivel psicológico, biológico y mental son notables y que, de acuerdo a esos cambios propios y naturales de la edad, se presentan en las personas determinados comportamientos o actitudes que pueden ser interpretados por parte del cuidador como comportamientos inadecuados, rebeldía o capricho.
Si bien es cierto que hay adultos mayores mentalmente muy activos y con sus capacidades cognitivas en muy buen estado, lo cual les permite tener una calidad de vida muy óptima, la gran mayoría de los adultos padecen algún tipo de enfermedad, lo cual les encasilla en cierto estado de vulnerabilidad, que a su vez, impacta en su forma de comportarse en el medio en que se encuentra, por tanto, comprender que los comportamientos del adulto mayor son diferentes de acuerdo a sus patologías y entorno, es esencial para cuidar de la mejor manera posible, ya que a partir de ello, parten los cuidados básicos hacia este grupo poblacional.
Entre los aspectos más relevantes del cuidado básico hacia el adulto mayor se encuentran:
Una buena alimentación
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Que sea nutritiva
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Que mantenga buenas condiciones de higiene en la preparación y servicio.
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Platos que tengan un buen aspecto (deben ser apetitosas).
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Se debe tener en cuenta que alimentarse bien no es comer mucho, pero significa
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ingerir distintos tipos de alimentos que aseguren el desarrollo y mantenimiento de todos los órganos con salud, vigor y bienestar.
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Debe ser lo más parecida posible a la dieta habitual del paciente, a menos
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que ésta sea inadecuada.
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No ser monótona.
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Tendrá en cuenta los hábitos alimentarios del paciente, sus gustos
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culinarios, situación económica, creencias religiosas y cualquier otro factor
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que pueda influir en la aceptación o rechazo de la dieta.
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Considerará la existencia de enfermedades asociadas y la toma de fármacos.
Comunicación permanente
Saber comunicarse con la persona dependiente repercute en gran medida en la calidad de los cuidados que se le ofrecen.
Es importante que el cuidador comprenda que la comunicación con la persona adulta mayor se puede afectar por déficit sensoriales, por depresión, demencia u otras alteraciones, por ejemplo, las personas con problemas para ver y oír generalmente se aíslan y los que les rodean dejan de comunicarse con ellas por temor a no comprenderlos.
Es importante mostrar una actitud tolerante y comprensiva ante las limitaciones y/o enfermedades que pueden presentar estas personas.
La persona dependiente debe sentirse aceptada y que se toman en cuenta sus criterios y opiniones, dándole participación en la toma de decisiones familiares. Deben recibir un trato afectuoso y amable habiendo avanzado de esta manera un gran trecho para lograr una buena comunicación.
Pautas para una buena comunicación
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Escuchar pacientemente.
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No enjuiciarlo ni criticarlo.
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No ridiculizar ni burlarse.
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No compadecerse ni demostrar lastima.
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No hablarle como si fuera un niño.
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Utilizar un lenguaje sencillo y comprensible.
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Usar el lenguaje extra verbal: la sonrisa, el contacto físico y otros.
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Escoger el lugar y momento adecuados para hablar.
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Aceptar la respuesta “NO” de la persona dependiente.
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Utilizar expresiones como: ”por favor”, “gracias”.
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Hablar con serenidad, sin herir.
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No apresurar ni interrumpir antes de que la persona termine de hablar.
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Conversar mientras se satisfacen sus necesidades.
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Evitar las malas noticias y las conversaciones pesimistas.
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Utilizar frases y gestos que le brinden seguridad y confianza.
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Suprimir del vocabulario las frases: “te lo dije” y “no te acuerdas....”.
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Evitar las charlas o discursos.
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Llamarlo por su nombre.
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Evitar decirle las cosas como si fueran órdenes.
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No amenazar.
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Póngale música suave y agradable preferida por la persona a su cuidado.
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Muéstrele fotografías de familiares y amigos, así como revistas, láminas
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atractivas que faciliten su expresión.
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Bríndele la posibilidad de relacionarse con niños y con animales domésticos si son de su gusto
Estimulo de actividades diarias
Estimular a los adultos mayores para que realicen algún tipo de actividad es esencial para que mantengan su bienestar, ya que la inactividad conduce a la pérdida de todas las reservas físicas y psicológicas en la persona.
Las actividades pueden clasificarse según la capacidad de la persona, de esta forma, quienes tienen las condiciones físicas, pueden realizar actividades como estiramiento, ejercicios de cardio, caminatas. Aquellos adultos mayores cuyas condiciones físicas impiden el desplazamiento o movilidad de sus extremidades, pueden realizar actividades de estimulación, a través de tarjetas de colores, aromas, adivinanzas o la realización de alguna actividad manual.
Farmacología y atención
La adecuada dispensación de los medicamentos es fundamental para mantener el estado de salud del adulto mayor.
Respetar los horarios de medicación, revisar detalladamente las fechas e vencimiento de los medicamentos, estar alertas a reacciones adversas del medicamento, evitar la sobredosis, mantener fuera del alcance del adulto mayor los fármacos en caso de que este presente problemas de memoria u otra conducta que conlleve a la ingesta inadecuada de los mismos, hacen parte de los cuidados básicos a tener en cuenta en la atención del adulto mayor.
De igual forma, estar atentos a las diferentes necesidades que el adulto mayor manifieste ya sean de tipo económico, social, sanitario, etc., son parte de esos cuidados esenciales que se debe brindar a la población de adultos mayores.