Ambas condiciones afectan el estado anímico y emocional de las personas, en especial de los adultos mayores, quienes son más susceptibles de padecerlas. Ambas pueden manifestarse también con síntomas físicos y en algunos casos incluso presentarse de forma conjunta, lo que se denomina el trastorno mixto ansioso-depresivo;  dificultando aun más su diagnostico y por ende el tratamiento.

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La Depresión, es considerada una enfermedad que se relaciona con muchos síntomas y manifestaciones diversas caracterizado por bajo estado de ánimo, tristeza, apatía, desinterés por la vida, sentimientos de inutilidad, baja autoestima, culpa, desesperación e incluso pensamientos de suicidio. Se considera que nos encontramos ante una depresión cuando la condición supera el término de una semana. Los síntomas más comunes suelen ser insomnio y cansancio excesivo.

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La depresión es de dos tipos:

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Depresión Endógena: puede tener connotaciones de origen físico, es difícil de diagnosticar y suele pasarse por alto en muchos casos. Se caracteriza porque la persona se siente triste todo el tiempo y sin causa aparente.

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Depresión Exógena, obedece a una respuesta emocional frente a situaciones externas como un rompimiento amoroso, una pérdida, un fracaso escolar, la perdida de un trabajo ect.

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La ansiedad se asocia a una serie de condiciones como las fobias, irritabilidad, insomnio, miedo, trastorno de adaptación, estrés, preocupación excesiva y dificultad para controlar esos sentimientos.

Frente a la ansiedad las personas pueden tener síntomas como:

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• Problemas estomacales

• Sudoración

• Dolor de cabeza

• Tensión muscular

• Falta de respiración

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Ambas condiciones afectan el bienestar de las personas y de su entorno cercano, por lo que se recomienda actuar cuánto antes en la búsqueda de ayuda profesional para recibir terapia psicológica y el uso de algunos medicamentos de ser necesario.